(Año 1947)
- “Señor: acaba de estrellarse en Nuevo Méjico una nave con características muy extrañas. Nuestros militares han capturado varias criaturas muertas de aquella nave. Tenían la cabeza enorme; los ojos no se quedaban atrás. Sin embargo, tenían una estatura muy pequeña”.
- “No te preocupes, Tom. Hace ya algunos años que venimos recopilando información sobre esas naves de la que hablas. No me extraña nada de que de ellas salgan tipos raros”.
- “Pero señor, ¿qué hacemos con los cuerpos?”.
- “Mándalos a nuestra base ultra secreta. Quiero que investigan absolutamente todo sobre ellos. Quizá, dentro de poco, pueda conversar con alguno de ellos e intercambiar tecnología para producir más dinero”.
- “¿Y cómo va a producir dinero, señor? ¿Qué tiene que ver el dinero aquí?”.
- “¿Para qué se originan las guerras? ¿Pareces tonto, o qué? Si poseemos tecnología de esas naves tan rápidas, podremos crear más autoatentados, con el fin de meternos en guerra con el país que nos interese”.
- “¡Ahh! Buena idea, señor. Por cierto, ¿a qué Institución le llevo toda la documentación sobre el incidente que le acabo de narrar? Se ha producido en Roswell”.
- “No hagas nada todavía, Tom. Pronto crearemos una Institución que se va a encargar sobre todos los casos sobre estos platillos volantes. Me gustó el nombre que le puso aquel hombre que los vio hace poco. Ese tal... Kenneth Arnold”.
- “¿Cómo se llamará esa Institución, señor? Tengo curiosidad”.
- “Tom... sabes que no me gusta nada que te entrometas en nuestros planes. Eres mi sirviente. Punto. De todas formas, te adelantaré algo: creo que haremos una especie de tapadera. Haremos como que esa Inteligencia se encarga de temas del Gobierno, aunque no será así. Algo así como... “Agencia Central de Inteligencia”.
- “Suena bien, señor...”.
- “No será tarea fácil. Hay muchos petardos investigando a estos platillos volantes”.
- “Lo sé, señor. Por cierto, ¿hago un comunicado oficial para advertir al mundo entero la existencia de vida extraterrestre inteligente? Creo que sería una noticia muy importante para la gente”.
- “Tom... ¿No te has enterado de nada?”.
- “¿De qué habla, señor?”.
- “Primero, háblame con más respeto. Segundo, parece que eres un poco tonto. No sé qué has aprendido hasta ahora.
- Si la gente se enterase de todo esto, sabes perfectamente que ya no seríamos los número 1 del mundo. ¿Sabrías que si esta civilización posee métodos de cura contra nuestras enfermedades, se arruinaría todo el negocio que tenemos montado con la Medicina? Creo que no piensas.”
- “Es cierto, señor. No podemos permitir que la gente lo sepa. Sin embargo, hay un problema bastante importante. Algunos granjeros han visto cómo los militares han sacado los cuerpos del aparato. Han sido testigos”.
- “Llama a los de siempre y diles que vayan a las casas de esos granjeros de pacotilla. Si se ponen pesados, que los maten”.
- “¿Y a la gente en sí? La noticia va a salir en los periódicos”.
- “Fácil. Di que ha sido un simple globo que ha usado el Gobierno para experimentos. Esta gente cree todo”.
- “¿Y si preguntan por los platillos volantes?”.
- “Más fácil aún. Comunica a todos los militares del mundo que propaguen el siguiente mensaje: “los platillos volantes no existen” “.
- “Claro, señor. Manos a la obra”.
- “Así me gusta, Tom. Así me gusta”.
José María Puya
Twitter: @josekenji.