Todo lo que nos rodea está lleno de energía que fluye. Nosotros tenemos una energía que varía según el estado de ánimo, el clima y el entorno. Pero esta energía puede verse afectada por la energía vampírica de las personas que hay a nuestro alrededor. Cuando visitamos un hospital, al salir, nos damos cuenta que estamos cansados, a veces con dolor de cabeza y nos sentimos extraños. En los hospitales los enfermos, sin quererlo ellos, adsorben la energía vital de las personas sanas. Hay personas próximas a nosotros que nos quitan esa energía. Un ejemplo de ello lo podéis ver cuando algún familiar o amigo está de bajón y luego al cabo del rato vemos que está alegre y con mucha vitalidad, en cambio nosotros nos sentimos cansados. Se trata de un vampiro energético. Los niños pequeños, los ancianos, los enfermos y las personas con deficiencia mental, son grandes chupadores de energía. Y poca defensa tenemos ante ellos. Si por alguna razón tenemos que estar cerca de una per